Mucho se ha comentado en los últimos tiempos sobre las profecías de Michel Nostradame, astrólogo y médico nacido en Francia y descendiente de judíos; más conocido como Nostradamus, este personaje ha pasado a la historia sobre todo por sus profecías y sus vaticinios descrito en “Les Prophéties “(1555).
Hay estudiosos al respecto que han detectado claras influencias, en su obra y en sus profecías, básicamente de dos fuentes: de la biblia y también de la antigua Cábala judía. En este sentido, se considera que gran número de sus vaticinios constituyen claras paráfrasis de fuentes bíblicas y a su vez, de antiguas profecías apocalípticas sobre el final del mundo y grandes sucesos devastadores. En realidad, el desarrollo de profecías, todas ellas dentro de un lenguaje ambiguo, alambicado y plagado de metáforas es una cuestión que hereda la propia biblia de tradiciones culturales anteriores.
Algunos biógrafos justifican el lenguaje hermético de Nostradamus para que no fuese condenado por la Santa Inquisición, ya que otros muchos habían sido entregados al fuego por publicar visiones y profecías de mucho menor calado, además el propio Nostradamus cuenta con ascendencia judía, cuestión que agravaría aún más su castigo. Es por ello, mantienen algunos, que este visionario francés decide usar un lenguaje y unas expresiones cripticas, omitiendo distintos términos de su discurso y rodeándose de frases y elementos ambiguos y enigmáticos. Destaca el uso de recursos como anagramas, metátesis, anáforas, apócopes; cualquier recurso estilístico y literario es válido para mostrar un estilo hermético y cerrado.
Más allá de los posibles temores, justificados en esa época, en realidad este tipo de lenguaje es común, como decíamos a todos los escritos premonitorios. Precisamente en la ambigüedad encuentra este tipo de “relato” su forma de ser, de tal modo que gracias a la oscuridad de este tipo de prosa, han perdurado los textos de Nosdradamus y tantos otros, ya que sus predicciones han sido interpretadas de distintas maneras según las épocas. De igual modo que Nostramus predijo el final del mundo para el año 2016, otros (por ejemplo los mayas) lo predijeron mucho antes.
En realidad, podemos observar que entorno a la figura de Michel Nostradame existe una gran campaña publicitaría y económica. De igual manera que siglos antes la Biblia predice el final del mundo, de manera análoga, lo establece Nostradame, solo que la trascendencia de sus escritos no están sometidos al dogma moral y religioso de los textos apocalípticos sagrados.
Quizá el éxito y la actualidad de las predicciones de Nostradamus provienen de la proximidad de los hechos narrados. Es decir, no se nos narra desde un punto de vista teológico, moral y religioso como ocurre en la Santa Biblia, de este modo podemos, a lo largo de todo el libro sagrado leer testimonios como los que siguen:
” Durante estos 1000 años, Cristo reinará en la tierra como Rey en Jerusalén, sentado en el trono de David “
“(…) gobernando en paz pero con “vara de hierro”. Al final de los 1000 años, Satanás será soltado, vencido nuevamente, y luego lanzado al lago de fuego Entonces, después del juicio final de Dios, ocurrirá el final del mundo .”
Frente a este tipo de visiones apocalípticas, Nostradamus nos habla, abiertamente de guerras, del hermano matando al hermano (véase el pasaje de Caín y Abel en la Biblia), de tremendos factores climáticos (el Gran diluvio) y de la extinción de la raza humana(el apocalipsis por la mano de Dios). Nuevamente, vemos que son elementos presentes ya en el Apocalipsis judío y católico, solo que Nostradamus lo contextualiza y lo ubica en un espacio y un tiempo reconocibles, más allá de la interpretación como castigo divino, este famoso profeta francés lo hará desde un punto de vista humano.
Ocurre también que la interpretación que hacen mucho sobre las palabras de Nostradamus no se atienen con fidelidad a los propios escritos de éste. Hay quien afirma, en base a las lecturas de Nostradamus, que el final del mundo vendrá de manos de “una tercera guerra mundial”; cuando Nostradamus jamás menciona una primera o una segunda guerra mundial.
En fin, terminaremos insistiendo en una necesaria cautela a la hora de leer e interpretar este tipo de textos, tan complicados y con tanto calado semántico e interpretativo, es por ello que siempre debemos filtrar, de un modo u otro, la fuente de la cual nos nutrimos.
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