Una muestra clara de las predicciones que logró hacer Nostradamus, se encuentra en la advertencia para Enrique II, ya que en el cuarteto XXXV de la centuria primera se menciona lo siguiente:
El león joven al viejo sobrepasará.
En campo bélico por singular duelo,
En jaula de oro los ojos le atravesará,
Dos choques uno después morir muerte cruel.
El 29 junio de 1559, estaban a punto de celebrarse los festejos de honor de la boda del rey de España, Enrique II con la princesa Isabel, hija del rey de Francia. Este cuarteto ya se encontraba anunciado mucho antes de esta fecha, y debido a su interpretación, llegó a hacerse pública. Por tanto, se pidió y advirtió a Enrique II que no participará en dichos festejos, que más bien lo hiciese de una forma moderada sin su participación en el combate simulado, pues éste era muy fanático de este deporte y no perdía oportunidad de participar en él.
Pero debido a la insistencia de todos, Enrique II no tiene en cuenta la advertencia del cuarteto de Nostradamus, y decide participar de uno de estos combates. Ante el asombro -y temor- de todos, Enrique II sale victorioso del primer encuentro y combate, pensando con esto que dicha predicción se había equivocado en la parte en que dice «el león joven al viejo sobrepasará». Un poco más confiado, Enrique II decide participar por segunda vez en un nuevo combate, a caballo y a punta de lanza.
El combate fué entre Enrique II y un joven conde, el conde de Montgomery. Aquí se evidencia cómo es que un duelo entre «leones» se realiza, siendo uno el joven y el otro el viejo, combate del cual el joven saldría victorioso según esta cuarteta de Nostradamus. Efectivamente así ocurrió, ya que en este segundo duelo y combate, Enrique II sale seriamente herido debido a que es impactado por una astilla de madera de su contrincante, que le llega a atravesar el ojo, haciéndose evidente la relación entre la segunda y tercera línea de esta cuarteta, pues el duelo se realizó en un «campo bélico por singular duelo» ocurriendo el accidente en el cual «los ojos le atravesará».
La cuarta línea de esta cuarteta hace mención a «dos choques», pues eso es lo que en realidad ocurrió en este duelo a caballo y montura que tuvieron tanto el león viejo como el león joven. Enrique II salió seriamente afectado bajo las miradas asombradas de todos quienes presenciaron dicho accidente; pasando entonces a padecer durante 10 días antes de su «muerte cruel».
La muerte de Enrique II vino a ser una prueba palpable en la misma época en que se había dictado esta cuarteta de Nostradamus, evidenciando de alguna manera que el destino estaba escrito, y que por ninguna razón en el mundo, éste podía ser evitado, pues lo que vieron todos quienes estaban presentes en tal fatal accidente, Nostradamus ya lo había visto con anticipación.
Cortesía de Tarot.
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