El número siete o la héptada, es la cifra de la veneración eterna. Es el símbolo de todo lo sagrado que ha existido en la historia pre-humana y humana. La vibración controlada por los siete espíritus celestiales que gobiernan el mundo actual.
Habla de los 7 planetas del sistema solar, cuando entonces el último todavía era considerado uno de ellos y se le llamó también la cifra de la vida. Esto al observar como los nacidos de 7 meses vivían y tenían cualidades más sobresalientes que los niños que llegaban a las 40 semanas.
Siete veces siete
Para los judíos se trata del número cabalístico por excelencia, así se heredó de que el dígito debería estar siempre presente a las culturas posteriores como la babilónica, los esenios, egipcios, griegos, chinos, hindúes, mayas, aztecas, incas y demás poblaciones.
Se conforma de una tríada y una tétrada, lo que simboliza la comunión perpetua entre Dios y la naturaleza del ser humano. Es el número completo de la creación y del poder del Espíritu Santo. De allí los siete colores del arco iris, los siete sellos, las notas musicales, etc.
La séptima carta
Es número siete el Carro o Carroza. Representa nada menos que la victoria del espíritu sobre el cuerpo. La divina voluntad por fin alcanzada. La ecuanimidad en todos los aspectos de nuestra vida. La conquista final de los planos de la mente y la ciencia sobre la superstición y las ideas irracionales.
Para los individuos siete, los misterios deben ser resueltos, la intuición está muy desarrollada así que le dan prioridad a estos asuntos. Además como no logran encontrar explicación lógica a todo, a menudo caen en depresión y tristeza profunda.
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