Aradia, o “Aradia or The Gospel of the witches”, es un libro prohibido del escritor y experto en folclore popular Charles Lesland, publicado en Estados Unidos en 1899.
Aradia una obra inacabada, consumada por el tiempo y los secretos vertidos entre sus hojas. Aradia son fragmentos parciales de antiguos ritos paganos perdidos por las distintas vicisitudes del tiempo y la historia. Del libro original solo nos han llegado algunas partes, la mayoría son anotaciones del propio Charles Lelan. El texto original es conocido como Vangelo; nada se sabe de esa enigmática bruja, tan solo que se trataba de un personaje mayor dentro de un clan hermético y oscuro, emigrado de Italia al floreciente Estados Unidos de finales del S. XIX.
El evangelio de las brujas, a excepción de los capítulos redactados por Charles Leland, escribe los antiquísimos cultos a la diosa Aradia, personaje pseudo mitológico, según el cual instruyó a las brujas sobre cómo protegerse del catolicismo y su avance.
Existen muy pocos datos, por otra parte, sobre la entidad o las raíces del personaje Aradia. No se sabe con exactitud la etimología del término, ni tampoco las raíces históricas. Algunos piensan que es una diosa protagonista de distintos mitos paganos y vinculados con la madre naturaleza, obedece al nombre Erodiade y es, según la iglesia católica, una deidad pagana oscura y maligna. Algunos antropólogos sostienen que Erodiade es la canalización, en el imaginario colectivo, de la rebeldía en contra de la imposición y el autoritarismo de la iglesia en los años de su máximo apogeo durante el S. XVI y XVII. Algunos especialistas vinculan directamente este personaje femenino con Lilith, la madre de todos los vampiros.
Volviendo al Evangelio de las brujas, se puede decir que en este libro se compilan una serie de conjuros, rituales y hechizos, a la par que una cosmogonía demencial que mezcla personajes como Lucifer, Diana y Cain con Aradia, en el papel de mensajera, de mesías de las brujas. Se concibe la brujería en dicho libro como una religión vinculada con el mundo de la naturaleza y de lo sobrenatural, al mismo tiempo. Un dogma que vincula lo real con la significación de los hechos y los actos en la propia naturaleza humana. Expone también una sociedad eminentemente matriarcal.
Argumentalmente, se podría decir, grosso modo, que El Evangelio de las brujas presenta toda una cosmogonía que se hace eco de la opresión social y cultural de las mujeres y de determinado modo de pensar. En el libro se nos narra cómo Diana, reina de todas las brujas, parió al hijo del sol, su propio hermano: Lucifer. Se nos narra también la opresión de los antiguos saberes depositados en las mujeres más ancianas y más sabias. La propia opresión de la iglesia católica hará que estas mujeres se reúnan en lo más oscuro y profundo del bosque para compartir sus conocimientos, y en un ritual humano, se den rienda suelta a los instintos más básicos y carnales, aquellos que hacen del ser humano un animal. Tras el nacimiento de Lucifer, su propia madre, Diana, convertida en gato, lo seducirá y como fruto de ese amor pecaminoso y prohibido nacerá Aradía, mentora de todas las brujas en sus artes secretas y oscuras.
Mucha oscuridad en Aradia, el evangelio de las Brujas
Bibliográficamente, el propio Evangelio de las Brujas, está lleno de oscuridades y ambigüedades. Sus quince capítulos no son fieles a la traducción de la fuente, Vangelo de Maddalena, por el contrario abundan anotaciones e interpretaciones del propio Charles Leland sobre los mitos y las narraciones vertidas en el texto.
El propio Charles Leland, afirmará que:
las brujas, incluso hoy, forman una sociedad secreta y fragmentada que ellas llaman la Antigua Religión. Poblaciones enteras de la religión de Romaña, donde procede el origen de este culto atávico y ancestral. La existencia de una religión supone la existencia de una Escritura sagrada. En tal caso se puede aceptar que este libro (se refiere al propio evanglio de las brujas) es, cierta mente una obra sagrada e inmemorial
Sea como fuere, el evangelio de las brujas, es algo más que un mero tratado de historia o de antiguos conjuros, es un alegato, pagano, de justicia e igualdad que, frente a la imposición de las férreas normas de la iglesia y la opresión de la mujer, es una forma de rebelión y justicia para los oprimidos.
Emmanuel dice
La biblia es la dinamita de Dios para destronar estos libros paganos