El Aquelarre

La palabra akelarre, tiene su origen en el euskera y, etimológicamente, significa macho cabrío, ya se creía que el diablo se transfiguraba en un macho durante la ceremonia. Curiosamente la palabra akelarre tiene la misma raíz que otras palabras de aspecto negativo como okerra, que significa torcido. El fin último de un aquelarre era la adoración y posterior invocación de Lucifer.

En qué consiste un Aquelarre

Los aquelarres eran reuniones de brujas, principalmente, de manera secreta, en lugares secretos. Durante siglos, miles de personas fueron ajusticiados por la Iglesia católica bajo acusación de participar en dichas ceremonias.

Un aquelarre tenía distintas etapas:

• Convocatoria. Sólo los participantes de este rito tienen la capacidad de oír la campana sagrada que llama a los participantes y un escozor, marca de la llamada del diablo son los elementos más reseñables de esta primera etapa.
• Homenaje a Lucifer. Según la tradición, el diablo  espera a ser invocado a través de las ofrendas y de las plegarias al oscuro que se rezan. Las ofrendas no siempre eran de sangre, podía ser cualquier tipo de objeto o producto o incluso de objetos robados, como muestra de un acto ilícitio y transgresor ante los ojos de la ley deivina. Los primeros en ofrendar estos objetos serán  las brujas más antiguas, más tarde, en la última parte del acto, se entregarán los propios cuerpos, a través del pecado de la carne y el deseo.
• Banquete. En este punto existen dos versiones. La primera es que se comía carne humana, en especial, carne de niño, si bien los únicos documentos encontrados en este sentido son de la Iglesia, como un acto más acusatorio, probablemente, uno más de tantos inventados.  Por otro lado existe la versión de que se tomaban distintos tipos de alimentos, incluidos sangre de animal para purificar el alma en el nombre del caído. En este período de la ceremonia, también era común tomar determinadas bebidas que producían distintos tipos de ensoñaciones o visiones: bebidas elaboradas a base de plantas alucinógenas como el estramonio, el beleño, o determinado tipo de raíces. Es entonces cuando se dice que las brujas podían volar y tener todo tipo de visiones, incluso predecir su futuro.
• La orgia. Era el cenit del ritual. Si en etapas anteriores se ofrecían ofrendas al caído, en esta etapa se ofrecía el cuerpo de uno mismo, en glorificación de los sentidos, del pecado y del Caido. En realidad, como vemos, existen muchos elementos contrarios a los ritos fijados por la Iglesia cristiana. Es, en última instancia un canto a los sentidos y al goce carnal.

Los aquelarres, como se ha dicho, en origen fueron reuniones de mujeres, en sociedades eminentemente matriarcales que, debido al influjo de la presión y los preceptos católicos, quedaron desplazadas y marginadas. En principio muchos estudiosos consideran a la brujería una reacción contra el dogmatismo y la imposición católica.

Para muchos el mayor desarrollo de los aquelarres coinciden, en los Siglos XVI y XVII con la mayor intransigencia de la Santa Inquisición.

Eran mujeres, como hemos dicho, versadas en las artes de la naturaleza, en el uso de plantas curativas y de artes antiguas en cuanto al conocimiento y sabiduría, una forma de vida que atentaba directamente contra la legitimidad del dogma católico. En épocas posteriores la figura del hombre se incorpora a estos ritos prohibidos y, con la imposición de la fe cristiana, el propio aquelarre toma un camino de oposición y reacción; incorporando la figura del diablo frente a la imposición del dios cristiano.