El 19 de julio del año 2013, se estrenaba en Estados Unidos la película basada en hechos reales El expediente Warren. Este film nos sirve de excusa para hablar de los hechos reales que se reflejan en la película y que verdaderamente ocurrieron en el hogar de la familia Perron, a finales de la década de los 70 y como una pareja de estudiosos de fenómenos ocultos, Edward y Lorraine Warren estudiaron este caso en particular, gracias a ellos hoy día disponemos de abundante material de campo y en base a sus estudios y anotaciones de rodó la película antes mencionada de una manera muy fiel a los hechos acaecidos. Esta es una de las casas malditas más conocidas y mejor documentadas.
El matrimonio Perron y sus cinco hijas, hablaron de constantes ruidos, movimientos de objetos y situaciones paranormales entre los años 1970 y 1980, en su casa de Hirisville (Rhode Islan).
Sus testimonios, concretamente, hablaban de puertas que se abrían y se cerraban, de golpes en el suelo y las paredes, de sillas que se movían, todo se basaba en sonidos, salvo una rara niebla que cruzó el salón en una ocasión ante los ojos de la familia.
Casas malditas y como afectan a sus habitantes
Según se supo se trataba de varias entidades malignas. La presencia más aterradora era la de Betsabe Sherman, una supuesta bruja que durante el S. XIX había vivido en esa casa y la cual había sacrificado a su propio hijo en nombre del demonio con una aguja de hacer punto. Parece ser que la persona que más somatizaba el dolor y la aparición de distintos estigmas en su cuerpo, era la Señora Perron. Muy pronto empezó a sufrir extrañas perforaciones en su cuerpo y la erupción de lesiones sin ninguna lógica. Parece ser que, incluso, a través de sueños, la Señora Perron describria a una mujer anciana, con el cuello roto y la cabeza inclinada siempre hacia un lado, con la cara deforme, como si la propia presencia se imbricase en los sueños de la dueña de la casa a modo de advertencia o para quererle decir algo.
Según descubrieron y anotaron Edward y Lorraine, el origen de las distintas presencias en aquella casa se debió a las actividades oscuras y a los ritos demoniacos que Betsabé Sherman realizará en aquella casa, además del asesinato de su propio hijo y el posterior ocultamiento en el sótano. La propia Betsabe terminó sus días suicidándose colgada de un árbol del jardín.
A principios de los 80, la casa sufrió un accidente. Se cree que fue intencionadamente por parte de alguna de las hijas de la familia, ya que ocurrió cuando no había nadie y la situación se hacía verdaderamente incómoda, incluso peligrosa, para todos los miembros de la familia. Meses después de la explosión la casa se puso a la venta, pero nadie quiso comprarla. Según relata la familia, las personas encargadas de las obras de restauración huyeron dejando incluso sus propias herramientas.
Ante la contingencia de no poder vender la casa, la familia Perron optó por realizar una ceremonia de exorcismo y purificación del edificio a través de un sacerdote, ya que en ella habían ocurrido demasiados hechos terribles y muy lamentables, quedando todo el edificio impregnado de unas percepciones negativas y dañinas, aunque según los informes de los dos investigadores, no todos los espíritus que moraban en la casa eran negativos.
Hay que decir que ni el propio exorcismo pudo alejar a aquellas presencias; como se puede ver, a veces determinados lugares y casas malditas quedan hondamente marcados por lo sucedido y la energía vertida en según qué hechos y situaciones. A día de hoy la casa sigue medio derrumbada, apartada de la rutina diaria y casi olvidada por quienes transitan cerca, como si fuese tan solo las ruinas de un mal sueño que nadie quiere recordar.
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