A comienzos de 1991, el astrofísico James Scotti, profesor emérito de la Universidad de Arizona, se encontraba analizando, describiendo y estudiando distintos objetos celestes, cuando descubrió un extraño objeto que lo desconcertó por completo ¿Podría tratarse de una sonda extraterrestre? ¿Un objeto fabricado en otro planeta?
Se trata del objeto bautizado como 1991VG, con unas medidas aproximadas de 10metros de diámetro y presenta un giro orbital heliocéntrico, en el momento del descubrimiento estaba accediendo a la Vía Láctea. Este objeto llamó poderosamente la atención a Scotti y todo su equipo ya que, además de presentar formas dinámicas y totalmente regulares, además el objeto no presenta una aceleración constante, sino que acelera y decelera en según qué períodos de tiempo y navegación; tampoco presenta una órbita de desplazamiento errática y sin rumbo, sino que sigue unos patrones de navegación.
Por otra parte, según los científicos y astrofísicos interesados en el tema, los objetos con unas dimensiones como las mencionadas anteriormente, no tienen un patrón de desplazamiento tan exacto y regular, además no presentan un giro orbital heliocéntrico debido a su escasa masa.
Además, profundizando más en el estudio de este extraño objeto, los investigadores se dieron cuenta que pasó cerca de nuestro planeta en 1975. Los investigadores llegaron a la conclusión que los incrementos de aceleración y deceleración de dicho objeto eran extraordinariamente anómalos, por lo que algunos estudiosos y astrofísicos consideran dicho objeto, como una especie de satélite o ingenio de otro planeta; otros, más precavidos, piensan que es una variante luminiscente de algún proceso físico que desconocemos en la Tierra. Incluso, algunos otros desarrollaron la hipótesis de que el objeto, incluso, fuese un tanque de combustible de algún cohete de nuestro planeta o incluso algún resto del cohete Apolo, puesto en marcha durante los años 1970, sea como fuere existen serías divergencias y opiniones encontradas al respecto.
Sonda extraterrestre: Hipótesis y teorías
Entre las distintas hipótesis, existe la posibilidad, como ya se ha dicho anteriormente, de que el objeto sea una especie de vehículo espacial no tripulado. En palabras de Ducan Steel, un asfrofísico de la Universidad de Adelaida, en Australia, el bólido 1991VG podría ser un “vehículo sonda que observa las proximidades de nuestro planeta. Ya lo pasó cerca de la tierra en 1975 y se calcula que, si nada falla, vuelva a pasar muy cerca de nuestro planeta a mediados de 2017”
Hay una corriente de pensamiento, cada vez mayor, dentro del mundo científico que ve plausible la existencia de elementos de estudio y sondas de otros planetas que operan dentro de nuestro propio sistema solar. Dos de los máximos exponentes de este pensamiento son Ducan Forgan y Arwen Nicholson, matemáticos de la Univerdidad de Edimburgo. Según los anteriores:
No se puede descartar la posibilidad de distintas naves, tripuladas o no, de otros planetas y de un desarrollo tecnológico superior al nuestro, navegando y estudiando distintos rincones próximos o no a la Tierra, de igual manera que nosotros haríamos si tuviésemos el conocimiento y los medios para ello.
Forgan y Nicholson utilizaron la potencia de cálculo y distintas leyes de probabilidad para asentar la anterior teoría.
Sea como fuere, el 1991 VG sigue envuelto en misterio y polémica. Quizá muchos confundan sus deseos y sus anhelos de una prueba real y fehaciente con algo que puede ser cualquier cosa navegando en el espacio, si bien, esta vez hay sobrados motivos, por las razones ya mostradas, para pensar que esta vez puede ser algo distinto, una prueba definitiva de la existencia de otros planetas habitados. La pregunta, si ello fuere así, es inmediata: ¿Dónde están?
Creo que si ello fuese así, cambiaría la propia concepción del ser humano y sus orígenes.
En definitiva, cada día queda algo menos para que el objeto esté próximo a nuestra órbita y los científicos puedan observar con mayor detalle formas y composiciones, así como el comportamiento del extraño objeto. Se estima que el 18 de octubre de este mismo año puede pasar próximo a nuestra órbita, y que para mediado del 2017 pasará aún más cerca de nosotros y podremos recabar más información para descartar o confirmar que se trata de una sonda extraterrestre.
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