Y los celtas creen en sus druidas como videntes y profetas porque pueden predecir ciertos sucesos mediante los cálculos y las cuentas pitagóricas.
Hipólito, Siglo III D.C.
Sabemos que en el pasado los magos y videntes (de cuyos conocimientos prohibidos eran tomados de la famosa Wicca), solían utilizar el Tarot para saber el futuro, hecho que podía conducir a las llamas por hereje a quien utilizase o tuviese un elemento como este en sus manos. Los druidas, sin embargo, no se servían de estas artes de quiromancia tan popular en todo el Renacimiento europeo. Los druidas poseían un gran interés en la adivinación y la predicción, pero utilizaban otros métodos más vinculados con la naturaleza. Era frecuente, por ejemplo, la observación del vuelo de los pájaros, para determinar según qué fenómenos, observar la forma de las nubes, incluso de todos es sabido que, igual que los romanos, solían escudriñar las vísceras de los animales para intuir el futuro.
No obstante también podemos seguir la pista de las artes y las técnicas druídicas que reflejan los autores clásicos en sus obras, en cuyos textos podemos establecer una clara vinculación entre el simbolismo de los números y las cifras con las artes y los tratados de los druidas.
No es raro encontrar testimonios y documentos de las enseñanzas druídicas vinculadas con las teorías de Pitágoras, incluida la ciencia mística de la numerología; siempre sin desvincularse del entorno y del medio natural del que los druidas obtenían su materia prima para sus ritos, sus ceremonias y todo tipo de sortilegios y artificios realizados por éstos, en lo más oscuro y profundo del bosque.
La ciencia de los Druidas
Tanto la ciencia de los druidas como la Wicca, se han venido a definir como “escuelas mistéricas” (tradiciones, casi siempre herméticas y secretas, que implican un rango de iniciación y una progresiva evolución en el nuevo miembro vinculada con la adquisición de conocimientos y el uso de estos).
Los druidas, por otra parte, son los herederos de una antigua tradición pagana que se pierde en la noche de los tiempos. No solo son expertos en adivinación mediante la observación o mediante la interpretación de los números, son también herederos de una secreta y antiquísima tradición vinculada con la madre naturaleza. Ellos como nadie conocen cada propiedad de cada planta de cada bosque. De hecho, los conocimientos que tomarán las brujas para sus aquelarres serán heredados directamente de la tradición druídica y sus conocimientos naturales.
Los druidas, por otra parte asumen el rol de sacerdotes y sabios de la cultura céltica, eran ellos y solo ellos los responsables de transmitir las tradiciones, las mitologías y los conocimientos de los pueblos célticos. Estos solían identificarse con el roble y el muérdago y en la mayoría de los casos, estaban especializados en magia, sacrificios a sus antiquísimos dioses (siempre de animales) y augurios. Como vemos, estos tres factores son también asumidos por los aquelarres. Se podría decir que gran parte de los ritos vinculados con la brujería, son de naturaleza druídica.
La celta es una cultura básicamente oral, transmitida de boca en boca por los bardos, a través de sus cantares, sin embargo han llegado hasta nuestros días algunos testimonios escritos por terceras personas, en las que se nos describe una clase especial de druida, los Strabo, que eran aquellos druidas mayores que tenían el don de la profecía o de la visión del futuro, posiblemente, tras ingerir determinado tipo de planta opiácea.
Además, señalaremos para terminar, que no solo adivinaban y preveían posibles acontecimientos futuros en las aves, como ya se ha dicho, o en el fuego. Para ellos era muy importante el sacrificio de animales y de personas, un lado un tanto oscuro este. Existen documentos romanos, en los que se narra cómo se preparaba a la víctima humana, se le lavaba y se le asistía, incluso se le podía impregnar de distintas sustancias naturales y cómo le clavaban una daga en el pecho, observando la manera en la que todos sus miembros convulsionaban, cómo caía al suelo y el fluir de la sangre. En todo ello, podían presagiar el futuro.
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