Di en tu corazón: Yo soy mi propio redentor
Cit. En “La Biblia Satánica. 1969
Cuando en 1969 Sazdor LaVey publica su Biblia Satánica, está reafirmando a través de este texto lo que es ya una cuestión pública y notoria en el Estados Unidos de principios de los años 70: el auge y la proliferación de un satanismo reaccionario en contra de la opresión de la Santa Madre Iglesia en contexto norteamericano.
La Biblia Satánica pretende ser el doctrinario de La Iglesia de Satán, fundada por el propio LaVey, que pese a lo ostentoso del nombre, tiende a ser un movimiento existencialista y profundamente humanista.
A través de esta obra, por vez primera y de una manera pública y notoria, sin la necesidad de esconderse en oscuros antros para celebrar ritos en honor al Ángel de los Caídos; LaVey pretende con esta obra alzar la figura de Lucifer, por tanto, hasta el lugar que, según éste y otros muchos le corresponde: a la misma altura que el dios católico, durante siglos adorados en detrimento a lo que verdaderamente significa, en esencia, la figura de Lucifer. Para ello el propio creador de la Iglesia de Satán, recurre al propio conocimiento clásico, desdibujado por la religión durante más de 2000 años; de este modo LaVey afirmará que:
El dios romano, Lucifer, era el portador de Luz, el espíritu del aire, la personificación de la Iluminación y el Conocimiento. En la mitología Cristiana, se convirtió en el sinónimo del mal, que es lo único que habría de esperarse de una religión cuya existencia misma es perpetuada por definiciones confusas y valores fraudulentos! Es hora de aclarar las cosas. Deben corregirse los falsos moralismos y los errores ocultistas.
Desde el punto de vista que LaVey expone en su obra, el propio Satanista tiene la potestad de creer en Dios, siendo el concepto “Dios” un elemento variable y voluble en la medida en que las culturas y las necesidades lo requerían.
Szandor LaVey dice públicamente, a través de su obra, lo que otros muchos no se atreven. Describe al satanista no como un adorador de Satán en exclusividad, sino como alguien que se adora así mismo y que no requiere del dogma ni de los preceptos religiosos. Propone de esta manera, a través de su obra, una emancipación cultural, moral y dogmatica de las iglesias y de lo que estas suponen. Así mismo, el propio autor cuestiona la autoridad moral de la Iglesia, en función de distintas noticias de su época y quizá también de la nuestra:
Los tiempos han cambiado. Los jerarcas de la Iglesia ya no predican que todos nuestros actos naturales son pecaminosos. Ya no pensamos que el sexo es sucio –o que sentir orgullo de nosotros mismos es vergonzoso –o que desear lo de los demás es perverso». Quizá la propia Iglesia y sus ministros se están viendo reflejados en aquello que critican: en el sexo, en la gula, en la riqueza, en tantas y tantas cosas que condenan públicamente y terminan realizando en el secreto de sus habitaciones.
Lo cierto es que La Biblia Satánica, pese a los años, aún parece estar vigente en muchas de las cuestiones que trata. Además, también establece los pasos para realizar una “Advocación satánica” o el “Rito de los Trece Pasos”. En esta obra se puede leer todo lo que hace falta y los elementos imprescindibles que se necesitan para tal ceremonia.
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