Hoy en esoterismo10 hablaremos sobre lo que viene a ser, quizá, una de las manifestaciones más antiguas y herméticas de magia y rituales ancestrales practicados por muchas tribus y no pocas religiones: el chamanismo y la figura del chamán.
Se podría empezar diciendo que en muchas partes del mundo la figura del chamán ha desaparecido; sin embargo, sobre todo en zonas de África y en algunos puntos de América, aún persiste este tipo de “brujo”, como representante de una antiquísima tradición.
Se dice que para identificar un verdadero chamán, solo hay que tener en cuenta como es la conexión con su tribu o su comunidad y hasta qué punto conoce la tradición a la que representa. Precisamente, si por algo se reconoce a un verdadero chamán es por el vínculo indisoluble que presenta con su comunidad y su tradición. Desde un punto de vista antropológico esta figura del chamán es catalizadora de distintos roles sociales: es el guía espiritual del grupo y a la vez actúa como curandero y en muchas ocasiones también como consejero, incluso en según qué tribus o que comunidades hace las veces de jefe o director del grupo. Es por ello que el chamán viene definido por la sabiduría y el conocimiento ancestral de los orígenes y la cultura del grupo.
Muchas veces, dependiendo del tipo y la naturaleza del grupo y sus creencias, el chaman viene a significar, además de todo lo anteriormente señalado, una conexión entre la vida y la muerte, entre el ahora y el más allá: sólo el chamán tiene la potestad y el conocimiento de interceder por los vivos en el mundo de los muertos, o viceversa. Para muchas personas, el chamanismo es, entre otras cosas, la iniciación en una realidad paralela a la nuestra. Un acercamiento a unos conocimientos que permiten el tránsito entre dos mundos: el nuestro y otro mundo paralelo al nuestro. Éstos, a través de su conocimiento y sus experiencias, son los únicos conocedores del acceso a esa otra realidad., ninguna otra persona puede acceder. Se podría decir, por otra parte que gran número de símbolos utilizados y ceremonias se deben y se basan en la existencia de este mundo paralelo. De esta manera, por ejemplo, un círculo puede ser un símbolo de una entidad o algo que el chamán asocia al nuestro y ello es utilizado en diversas pinturas o dibujos o ceremonias, por ejemplo, ayudando así a que ese elemento mágico, o su representación, esté presente en el día a día de la comunidad.
Convendría señalar también que, para que el dicho chamán pueda entrar en ese mundo, necesita estar en trance, es por ello frecuente en muchos grupos, el uso de plantas y sustancias que ayudan a la mente a su desinhibición de la realidad. La planta es el vínculo, el acceso a ese otro mundo y el elemento que permite a la mente y la consciencia trascender de su estado corpóreo para alcanzar otra realidad habitada por otro tipo de seres, con los que el chaman obtiene su sabiduría y sus favores.
El mundo del chamanismo es una cuestión fascinante y muy poco estudiada a día de hoy, debido, en muchas ocasiones, a lo remoto de los grupos sociales y tribales que aún practican este tipo de religión. Es cierto, por otra parte, que en un contexto más urbano, quizá el llamado “chamanismo” ha sido sustituido por la “santería” y, de igual modo que en el resto de las cuestiones de este mundo, en ambos casos, tanto en el chamanismo como en la santería, podemos encontrar una actitud positiva y un chamanismo y una santería próximas a la magia negra y a la nigromancia.
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