Menos mal, nuestra «Y» tiene dos brazos a mostrar, siendo el más adecuado a tomar el que corresponde hacia el sendero derecho, pero que cuya decisión de poder seguir este camino se basa como hemos mencionado, en una actitud sabia de discernimiento.
De manera muy contraria al camino o sendero izquierdo, lo que nos muestra nuestro sendero derecho es una identificación para con aquellos que aspiran en algún momento un espíritu libre, mismo que tiene que pasar a convertirse en una esencia de la divinidad que no estará atada a ningún tipo de materialismo, sino que por el contrario, esta materia viene a ser un elemento para el servicio de dicha esencia divina. De esta manera lo que veremos en este sendero derecho es que la conciencia ya no está atada a la materia, pues un movimiento espiritual se hace más fuerte y evidente mientras más se adentren por este sendero, algo que inclusive casi sin darse cuenta, al existir una actitud cada vez más sutil y espiritual, existirá una liberación total que se manifestará finalmente en una resurrección consciente.
Cuando se tomó el camino de la izquierda fue la materia que degradó al espíritu, en cambio al haber tomado el sendero de la derecha es el espíritu el que moldeará a la materia, siendo este último caso el más adecuado y la mejor decisión que se pueda llegar a tomar, pues sólo de esta manera se podrá hacer que la materia, es decir el cuerpo, sea dirigida por buen camino para un crecimiento cada vez mayor del espíritu. Sólo por este camino se puede llegar hacia una divina presencia, en donde el espíritu estará libre de toda tiniebla al sentir la emanación de la luz que lo llega a dirigir.
En el ocultismo se hace mención de que el final del camino derecho es llegar a la Providencia, pudiendo entrar hacia la omnipotente tiniebla; ésta viene a representar la divina sombra en la cual se podrá tener un perfecto dominio sobre todas aquellas cosas que ofrecerán una alta potencialidad de control por parte del espíritu por sobre la materia. Llegar hasta este punto es poder conocer la «obscura causa», es tener presente a la matriz de la luz, elementos que juntos pasarán a convertir a dichos espíritus en un esquema cósmico.
Pero ya sabemos cuál es la conclusión de tomar el sendero izquierdo o el derecho, siendo lo más aconsejable el poder tomar este último para que la materia no vaya por sobre el espíritu. Es en esta «Y» que hemos analizado, que existe el sendero medio del cual proviene toda la pregunta de interrogación que nos han planteado. Esta línea media viene a ser una representación del «no-se-pasa», mismo que por encontrarse en dicha posición viene a ser la línea divisoria que separa ambos polos espirituales, los que se pueden identificar como el del sendero blanco y aquel del sendero negro; esto es algo que guarda alguna relación con el día y la noche, línea que está muy bien identificada debido a que sabemos cuándo se va a dar y por qué razón es que acontece.
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