Pocas cosas son tan personales y únicas como los Los sueños y su interpretación. Desde un punto de vista científico, los sueños son un “reordenamiento” de todo lo que hemos visto y procesado en nuestro consciente y que ha pasado a nuestro inconsciente. Puede ocurrir incluso que veamos o sintamos algo que nuestro cerebro, en su parte perceptiva de la consciencia, lo discrimine y ni lo recordemos, será precisamente el subconsciente quien, a modo de recuerdo, deje fluir en tiempo de vigilia todas esas cuestiones que han escapado a la memoria o al procesamiento de nuestra mente.
Algunos científicos describen los sueños como una pugna entre el consciente y el inconsciente humano, por ello podemos soñar con cuestiones irreales y abstractas y sentirlas como posibles, reales y que pueden alcanzarnos en modo de terror, o tristeza o alegría.
Dentro ya de un contexto esotérico, se podría decir que los sueños aparecen vinculados, de una u otra manera, a nuestro pasado (mediante reminiscencias y vivencias guardadas en la memoria o el bajo la parte consciente de nuestra mente); también guardan relación con nuestro presente (define el momento a través de las emociones vividas y guardadas) y también guarda relación con un futurible posible (la mente, a través de su poder tiene, a veces, la capacidad de adelantarse al presente. Citaremos en este punto los famosos casos de deja vu, o situaciones muy parecidas que ya hemos vivido a través de los sueños).
Los sueños y su interpretación: El método
Muchos expertos en la interpretación de los sueños señalan que sin la capacidad de interpretar nuestros sueños, podemos ser víctimas de todo aquello que está aconteciendo en nuestro subconsciente, pudiendo afectar, incluso a nuestra vida normal.
Se recomienda, por lo tanto recordar, o al menos intentar recordar lo que hemos soñado y lo que nos ha producido e ir anotando según la fecha y lo soñado. Es lo que los estudiosos del tema llaman “Un diario del sueño”
Ocurre que la mayoría de nosotros olvidamos nuestros sueños momentos después de despertarnos. Quizá los sentimientos o las sensaciones durante los primeros instantes del despertar pueden persistir, pero tienden a desaparecer rápidamente. Una buena técnica será, por un lado despertar reposados, tranquilamente y con nuestro Diario del sueño sobre la mesita de noche, así sabremos que lo primero que tenemos que hacer, nada más despertar, será anotar la fecha y todo lo que podamos reportar de los soñado: no solo los sueños, también las circunstancias y las sensaciones y, en definitiva, todo lo que creamos relevante.
Realizar este Diario del sueño implica un acceso a nuestro subconsciente y a los pensamientos que escapan a nosotros mismos. Se piensa que sabiendo desde nuestro consciente, la necesidad de anotar todos esos sueños y cada uno de sus detalles, el subconsciente se abrirá de manera más accesible con el tiempo y los ensayos del método. Quizá se necesite un mes o dos, según la persona, pero es una cuestión que podemos lograr mediante un entrenamiento diario.
Lo interesante, afirman los especialistas, es tener pleno acceso al subconsciente mediante este método sencillo aunque algo engorroso al comienzo. Además, por otra parte, cuando ya dominemos el método, podemos ver la evolución de nuestros sueños durante un determinado período de tiempo. Y a partir de nuestras notas saber e interpretar, incluso de sta manera podremos llegar a conocer aquello más desconocido de nosotros mismos.
Por otra parte, realizar de manera fidedigna este método, implicará también la anotación de lo soñado a cualquier hora de la noche que nos despertemos. Ya para concluir, según los expertos, los principales parámetros que se deben anotar en nuestro Diario del sueño serán:
- La hora y la fecha.
- El sentimiento (temor, alegría, neutro, dolor…)
- La situación (el contexto, el medio en el que se desarrolla el sueño)
- El sueño en sí (incluyen personas conocidas o no, nuestra relación y cuestiones reales o ficticias, dentro del contexto onírico)
- Otras observaciones que queramos hacer.
Los expertos describen las anteriores pautas a modo de círculos concéntricos, donde el verdadero núcleo que irradia y afecta al resto de elementos será el punto 4 el sueño en sí, que viene a determinar y definir el contexto onírico (punto 3) que a su vez y fuera ya de un contexto real onírico, influirá en el punto 2, nosotros en el estado de consciencia mediante la exteriorización de sueño en sí.
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