La Primera Profecía de los mayas hace referencia a la terminación del mundo para una fecha específica, el sábado 22 diciembre del año 2012. Algo que cuando lo escuchamos, podríamos llegar a pensar que es muy poco tiempo el que nos queda para tratar de cambiar las cosas.
Los mayas eran científicos muy conocedores del comportamiento de cada uno de los astros que se encuentran en la galaxia. Por ello, realizaron esta predicción tras analizar el movimiento del Sol. Ellos sabían que este gran astro, que sirve de eje para nuestro planeta -y otro más, formando el Sistema Solar-, «respira cada cierto tiempo» para sincronizarse con toda la galaxia y el universo. En esta sincronización, nuestro astro Sol recibe una gran chispa de luz que proviene desde el centro mismo de la galaxia, y que se refleja en nosotros en forma de cambios magnéticos y como erupciones solares. Este hecho, ha sido corroborado por multitud de científicos de gran prestigio.
22 de diciembre de 2012
Según el cálculo y análisis hecho por los mayas, este fenómeno ocurre cada 5125 años y el próximo de ellos será el 22 de diciembre de 2012. Cada uno de estos procesos que se realizan en la galaxia, según los mayas tienen un comportamiento cíclico que no varía en el tiempo, y además tienen relación con el comportamiento del hombre, de los animales y las plantas. El hombre tenderá a variar su estado de ánimo, y por tanto el destino del mundo. La importancia de este gran destello que recibiría nuestro Sol, teóricamente modificaría el eje del mismo, con lo que habría cambios también en cada uno de los planetas que conforman este sistema. Siendo nuestro planeta el que más cerca se encuentra del Sol y el único habitado, se nos propondrá a toda la humanidad dos caminos; el primero es el tener que desaparecer como especie pensante que siempre está atentando con destruir el planeta, y el segundo camino, en cambio, tiene relación a una integración armónica para con todo el Universo. Este segundo camino nos indicará que en realidad el Sol, los planetas, y nosotros mismo, somos partes de un todo, que es el Universo.
Esta primera profecía de los mayas se basa principalmente en la afección que sufrirá nuestro Sol al recibir este impulso o chispa de luz por parte de la galaxia. Según los mayas, habrá una llamarada tan grande que destruirá todo lo que podemos ver, y hasta lo que no sabemos que existe. Será entonces la oportunidad para que quiénes estén preparados a evolucionar, pueden atravesar aquella puerta que los mayas dejaron para nuestro beneficio, momento en el que, por anecdótico y paradójico que parezca, no existirá en nosotros miedo alguno, pues estaremos seguros de que estamos por comenzar una nueva era en la existencia humana.
Seguramente a esto se refería Jesucristo cuando mencionaba en la Biblia «sed perfectos como lo es el Padre en el Reino de los Cielos”. Sólo el cambio de actitud que tengamos con nuestros hermanos, en cada uno de los momentos de nuestra vida, será lo único que podrá salvarnos cuando el fin de los tiempos profetizado por los mayas haya llegado.
Esperaremos al 22 de diciembre de 2012.
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