El Ritual Católico de Exorcismo, o el Rituale Romanorum es el texto aceptado por la Santa Iglesia, mediante el cual se llevan a cabo los exorcismos aprobados por esta institución.
“Ergo, draco maledicte et omnis legio diabolica, adjuramus te per Deum + vivum, per Deum + verum, per Deum + sanctum, per Deum qui sic dilexit mundum, ut Filium suum unigenitum daret, ut omnes qui credit in eum non pereat, sed habeat vitam æternam: cessa decipere humanas creaturas, eisque æternæ perditionìs venenum propinare: desine Ecclesiæ nocere, et ejus libertati laqueos injicere. Vade, satana, inventor et magister omnis fallaciæ, hostis humanæ salutis.”
Fragmento de “Ritual Católico de Exorcismo”
Está formado por distintas compilaciones de textos religiosos y sagrados que no se encuentran en otros misales ni en otro tipo de libros religiosos. Aunque destaca y es relativamente famoso, precisamente, por los textos dedicados a los exorcismos, también tiene en su seno distintos tipos de oraciones, rezos y bendiciones de distintas naturalezas. En cada diócesis católica del mundo existe al menos un sacerdote experto en este texto con conocimientos para realizar un exorcismo mediante este rito romano, como único texto aprobado por la Iglesia, como decíamos anteriormente.
La iglesia moderna y el Rituale Romanorum
Fue sobre el año 2000 cuando un grupo de expertos pertenecientes a la curia religiosa, con Jorge Medina Estévez a la cabeza, presentó a la prensa una nueva versión de este manual, el cual se venía utilizando, tal cual, desde principios del Siglo XVII. Según Medina Estévez, esta contextualización de los textos y la metodología, fue el resultado de más de diez años de trabajo donde han tenido en consideración los nuevos tiempos, las nuevas maneras de pecar y las distintas formas de seducción que en la actualidad emplea el Caído. La parte concerniente al exorcismo, se título De exorcismis et supplicationibus quibusdam (Sobre el exorcismo y determinadas súplicas). En palabras de Medina Estévez, en esta nueva versión se refleja el exorcismo para el nuevo milenio.
El propio Juan Pablo II aprobó el texto para su uso mundial. Se cree que este nuevo rito de exorcismo partió de una petición de la Conferencia Episcopal Alamana, para que se actualizase el antiguo Ritual Romano, ya que, según la curia alemana, se estaba combatiendo males del Siglo XXI con textos y plegarias del Siglo XVII y, si bien, la esencia no cambia, los modos de seducción y de engaño, por parte del demonio y la propia psicología de las personas en estado de posesión, si ha cambiado radicalmente en estos casi 400 años.
No faltan, sin embargo, dentro del seno episcopal romano voces críticas contra el texto por parte de distintos elementos del Vaticano y exorcistas destacados como el mediático Fray Gabriele Amorth. Según éste último los textos deben ser los originales, los que se han utilizado durante siglos, porque son los que han permitido liberar miles de almas durante siglos en todo el mundo. Amorth fundamenta el problema sobre el aumento de posesiones diabólicas en los últimos años en dos factores esenciales:
- La relajación de las costumbres católicas y cívicas de muchas personas, con el consiguiente aumento del egoísmo, la injusticia y la violencia
- La propia relajación de la curia religiosa, quienes no salen a la calle, no conviven en el día a día de las personas, feligreses o no, y no sienten, no ven de este modo las tribulaciones diarias y las tentaciones continuas a las que están sometidos.
Partiendo de estos fundamentos, el Padre Amorth, con el beneplácito de Roma, fundó en los años 80 su propio grupo de exorcistas, centrados, precisamente, en los dos parámetros anteriores.
Habría que decir que, ante la polémica generada, el propio Vaticano dio como válidos los dos ritos, incluyendo al final del libro el ritual tradicional: el Rituale Romanorum y el anterior compendio de textos.
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