Al igual que la tradición judeocristiana, para los griegos la concepción del mundo y del universo parte del concepto del caos, personificado en la figura del dios que soporta su propio nombre: Caos. Son precisamente en estos primeros momentos de cosmogonía griega, cuando podemos observar la existencia de, tan solo, unos pocos dioses. Más tarde, según pasen los años y los siglos, las nuevas necesidades sociales y místicas, irán dotando de mayor complejidad y moradores el panteón de dioses griegos. En este artículo hablaremos sobre Nyx, la diosa de la noche.
En esta primera generación de dioses griegos, se pueden observar figuras antropomorfas y con una representación simbólica muy básica. Es a partir de Caos, que nacerán los dioses esenciales, una primera generación de dioses vinculados con cuestiones primarias, estamos hablando de dioses como Gaia (La Madre Tierra), con una fuerte ascendente en las creencias paganas, aún después de la imposición del cristianismo en suelo europeo. Otro dios primario fue Eros (simboliza el deseo y la procreación), también destacan Erebo, dios de la Oscuridad y Nyx, diosa de la noche.
En este caso Nyx tiene sus fuentes en la mitología acadia y sumeria, como figura femenina que simboliza la ausencia de luz y permite el tránsito al mundo de los sueños. Nyx, es además la progenitora de varios dioses, concebidos con su propio hermano, Erebo. Sus hijos fueron Eter, dios de los Cielos y Hemera, diosa de la luz.
Según la creencia de los propios griegos, el día comenzaba cuando Hemera salía del Monte Tártaro, ocupando el lugar de su madre Nyx, la cual regresaba al inframundo para descansar mientras su hija sembraba de luz y vida el mundo. En este sentido, quizá por su vinculación con el mundo de la noche, de la vigilia, a esta diosa desde antiguo se le vinculó con la muerte, ya que para los griegos el sueño era, en esencia, una privación de la consciencia, y por tanto, de la vida.
Es curioso que, además de los dioses anteriormente citados, a Nyx, se le atribuye la maternidad de otros dioses tales como:
- Hipnos y Tánatos, gemeleos. Hipnos es la diosa del sueño, hermanada con Tánatos, dios de la muerte. Se cree que ambos sobrevolaban el mundo bajo el mando de su madre Nyx. Existen versiones que afirman que ambos hermanos (otra vez se profiere la sombra de la endogamia) engendraron a los Oneiroi, los Sueños, fuente de inspiración para Morfeo, en épocas posteriores, y ya desvinculado de todo concepto de muerte o maldad.
- Las llamadas Keres, también hijas de Nyx, eran diosas, también conocidas como Las Furias. Representaban y asumían el papel de diosas del dolor y de la muerte violencia. Muy veneradas en campos de batalla. En realidad representaban no solo la muerte en una batalla, también asumían el papel de asesinatos y muertes por enfermedades, aquellas más virulentas o dolorosas y accidentes. Eran diosas temidas por todos, en muchos lugares y templos de la antigua Grecia estaba prohibido pronunciar su nombre.
- Nemesis, diosa de la Justicia Divina y el Equilibrio. Según la mitología, ella se encargaba de distribuir tanto la felicidad como la mala suerte y la desgracia, también era quien repartía el castigo y las recompensas, según el comportamiento de cada uno.
Se podría concluir que Nyx tuvo más hijos, la mayoría de naturaleza oscura y maléfica, por tanto su naturaleza estaba implícita en su propia descendencia. El hogar de esta diosa era el Inframundo y su renio, la noche.
La iconografía griega la representa como una bella mujer que viaja por el cielo en un carro alado, vestida de un gran manto negro plagado de esterllas y acompañada en todo momento de sus hijos Hipnos y Tanatos.
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