La brujería y las artes oscuras, para muchos estudiosos, se perpetúan en secreto y en comunidades herméticas gracias a la presión y a la intransigencia de la Iglesia Católica en cuanto a la imposición de sus dogmas. Se podría decir que la brujería, es la pervivencia de antiguos ritos paganos, en origen y en esencia, vinculados con dioses animistas y relacionados con la sabiduría de la naturaleza, frente a un Dios dogmático e impuesto. Con el devenir de los tiempos, dicha brujería derivará a una visión más enfocada hacia el anti-cristianismo, como reacción a tal imposición, y a venerar a todos aquellos símbolos contrarios y condenados por Roma, estas corrientes quedaron plasmadas en los tratados sobre brujería de las distintas épocas.
Es curioso, pero cuanto más represión existió por parte de la Iglesia, más se gestaron sociedades secretas y actos vinculados con la brujería, con la concepción del hombre y del Angel Caido.
Existen datos que confirman la anterior aseveración: entre 1435 y 1487, en pleno apogeo de la Santa Inquisición española, salen a la luz 28 tratados sobre brujería y artes oscuras. Ello denotará un creciente interés, siempre mantenido en secreto, por este tipo de artes oscuras inspiradas por el maligno.
Tratados sobre brujería: textos proscritos
Son dos hechos cruciales los que ayudan a la proliferación de estos textos proscritos y condenados y editados en secreto:
- La aparición de la imprenta, que se presta a la creación casi automática de esta compilación de artes maléficas y tratados sobre brujería.
- El gran interés, ya comentado, por muchos. Frente a un desinterés y desidia al respecto de estos temas en el Medievo, es a partir de los siglos XV y XVI cuanto prolifera un desmedido interés sobre cuestiones que escapan a la razón de aquella época.
Se citarán a continuación, de manera breve, algunos de los principales textos editados en Europa y donde, sin considerarse demoniácos, se nos describe, a modo de compendio, distintas artes o cuestiones de brujería y oscurantismo.
“De la démonimanie des sociers” (Sobre la adoración demoniáca de las brujas). Publicado en 1580 por Jean Bodin. Este tratado se habla sobre el pacto satánico y se nos cuentan varias historias de personas que vendieron su alma al diablo, destaca el caso de la abadesa Magdalena de la Cruz.
“Compendium Maleficarúm” o “Compendio de las brujas”; en este texto, publicado en 1608, por Francesco Maria Guazzo, se nos hace una clasificación de los distintos demonios y se nos describe distintas ceremonias vinculadas a la adoración de Satanás. Es uno de los textos más fieles y más descriptivos en cuanto al tipo de aquelarres y metodología de las ceremonias oscuras. También se nos habla de las relaciones entre hombres y súcubos y entre mujeres e íncubos
“De lamiis et phitonicis mulieribus” o “Sobre lamias y brujas adivinadoras” Es un libro escrito en 1489, por Constanza Ulrich Molitor, está redactado en forma de diálogo para disipar toda duda sobre la existencia de sabbats o aquelarres. Nuevamente se nos hace una descripción de lugares y tipos de ceremonias. Podemos encontrar una detallada descripción de utensilios, tipos de alimentos que se tomaban y de pociones elaboradas con distintas plantas que provocaban en quienes tomaban un estado de enajenación y casi sock.
No quisiera terminar este artículo sin al menos mencionar un libro que con solo nombrarlo puede provocar el temor en muchos, se trata del Necromicón. Si los anteriores textos citados eran tratados descriptivos, este es un libro escrito y redactado en secreto por y para practicantes de magía negra y brujería. Se sabe que es un texto de origen árabe. Según el propio H.P. Lovecraft, estudioso y fascinado de este texto, lo calificará como:
“(…) un libro de saberes arcanos y magia ritual cuya lectura provoca la locura y la muerte. Pueden hallarse en él fórmulas olvidadas que permiten contactar con unas entidades sobrenaturales de inmenso poder, los Antiguos, y despertarlas de su letargo para que se apoderen del mundo, que ya una vez fue suyo.”
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