Como ya se ha visto en pasados artículos, la mayoría de las culturas antiguas, tanto europeas, amerindias, tendían a observar el cielo y la ubicación de astros y planetas. En principio creían que todo el universo estaba conectado y los hechos que tenían lugar en el cielo, eran un reflejo de los hechos ocurridos en la tierra. De este modo, la Astrología y los signos zodiacales llegarán a ser una importante herramienta para la adivinación. Además, con el tiempo los sacerdotes mesopotámicos irán asignando nombres y significados a los planetas y las constelaciones, según su apariencia.
Un primitivo zodiaco, génesis del que conocemos hoy, tiene origen babilónico, con fecha del 2.000 A. C, a modo de calendario para constatar el paso del tiempo y las estaciones.
Al respecto de la génesis del zodiaco, se podría decir que los antiguos astrólogos babilónicos pensaban que la Tierra era el centro del universo, de tal modo que otros planetas y constelaciones giraban alrededor de ésta. También pensaban que el sol atravesaba las estrellas y las constelaciones del firmamento, siguiendo un itinerario más o menos regular. Este movimiento del sol era conocido como “elíptico”, de tal manera que su trayectoria podía ser dividida en doce zonas diferenciadas. Nace así las bases para nuestro zodiaco moderno. Cada zona se corresponderá, por tanto, a un signo distinto. También se conocían como “las doce casas”, porque se pensaba que en cada una de ellas vivía un dios.
Orígenes de la Astrología y los signos zodiacales
Se sabe que Mesopotamia será, en occidente, el foco emisor de este método adivinatorio, desde aquí se extenderá a gran parte del mundo. Primeramente a Egipto, quienes adaptan los saberes babilónicos a su idiosincrasia, más tarde a Grecia e India y desde aquí, los propios misioneros budistas la llevarán a Asia, a China, Tibet e incluso hasta Japón.
Es quizá cuando se demuestra que la tierra no es centro del universo y que el sol no se mueve, la astrología perderá gran interés, si bien, en círculos reducidos seguirá siendo un válido instrumento para la adivinación de hechos naturales como para el vaticinio de cuestiones personales.
De hecho, el concepto de horóscopo (< del griego, observación de la hora), empieza a cobrar importancia en tiempos babilónicos, siendo su significado, en origen, muy parecido al que podríamos tener hoy día: el horóscopo para los babilonios, como la propia etimología nos viene a decir, era la observación de la hora del nacimiento de una persona (o un evento), bajo la premisa de que el alineamiento del cielo y los astros para ese instante viene a determinar la naturaleza de dicha persona.
Así, los estudiosos del tema, a día de hoy determinan distintos tipos de astrología, dependiendo de su naturaleza:
- Astrología natal.
- Astrología horaria.
- Astrología mundana.
Por otra parte, podríamos señalar que los signos del zodiaco son elementos, más o menos arbitrarios y que varían según cada tipo de cultura. Los doce signos del zodiaco, tal y como los conocemos hoy, fueron definidos por el griego Ptolomeo, basándose en los conocimientos astrólogicos babilónicos y sumerios. De tal modo que podríamos decir que los signos son secciones geométricas (en función del recorrido del sol, como ya hemos dicho antes) de igual tamaño, las cuales abarcarían 30º en la trayectoria elíptica del sol y se corresponderían con un tiempo aproximado de 30 días o un mes. Por otra parte, diremos que las fechas astronómicas que podemos leer en nuestros horóscopos, vendrían definidas por la constelación en la que está situado el propio sol en esa época del año, siempre desde una perspectiva terráquea.
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