La historiografía de la Santa Iglesia Católica, con el paso de los años y el devenir de distintos tipos de hallazgos, no deja de sorprendernos. Hace unos años salieron a la luz los llamados Manuscritos del Mar Muerto, una serie de textos vinculados con la fundación de la Iglesia en sus primeros tiempos. Estos documentos, encontrados por unos pastores en las inmediaciones de Jericó, en una gruta del desierto, a finales de los años 40; unos textos que permite estudiar importantes fuentes teológicas y organizativas sobre el judaísmo y el cristianismo, poniendo en tela de juicio muchos de los preceptos eclesiásticos y dogmáticos mantenidos por ambas religiones hasta el día de hoy. El Evangelio de Judas Iscariote presenta ciertos paralelismos con estos textos que pasamos a analizar a continuación.
Sea como fuere, y de una manera análoga al descubrimiento de los anteriores textos, de manera fortuita, en 1979 unos campesinos egipcios encuentran cerca de Mynia distintos textos redactados en copto, entre los que destaca el Evangelio de Judas. Este hallazgo, nuevamente, igual que ocurriera con Los Manuscritos del Mar Muerto, hacen que determinados preceptos católicos, en este caso, queden en evidencia. Según los textos encontrados y analizados en Estados Unidos, estos textos, originales, esbozan una figura de Judas Iscariote como un hombre bueno, justo y leal a Jesus.
El Evangelio de Judas Iscariote: Códices y Textos
El Códice Tchacos, este es el nombre de los documentos encontrados que refrendan la vida y obra de Judas Iscariote, constan de 66 páginas, escritas por ambos lados y contiene textos tan esclarecedores como el conocido Primer Apocalipsis de Jacobo, la Carta de Pedro a Felipe, El libro de Alógenes y el conocido como Evangelio de Judas.
Este último texto es un documento escrito en copto, escrito entre los Siglos III y IV de nuestra época; sin embargo, como en la mayoría de los casos, se piensa que es una copia de los documentos originales redactados en el Siglo I.
El texto, junto con los demás que se encontraron en 1979, fueron llevados ilegalmente a Estados Unidos. Fue en el 2002 cuando fue adquirido por la Fundación del Arte Antiguo de Basilea y sometido a un riguroso estudio. Es en este momento cuando los investigadores se dan cuenta del excepcional hallazgo.
Otro hecho que viene a reforzar la autenticidad y el valor del Evangelio de Judas, es que antes del descubrimiento del Códice Tchacos, en el 79, los estudiosos ya tenían conocimiento de la existencia de este Evangelio debido a las constantes referencias encontradas en otros textos.
Este texto pasará a un dominio popular y un conocimiento mundial a partir del año 2006, cuando National Geographic edita y publica los resultados de distintos estudios realizados al manuscrito. Las conclusiones son, como ya se ha dicho, demoledoras para determinados preceptos de la Iglesia Católica.
En el estudio titulado El evangelio prohibido de Judas, se nos presenta a un discípulo, como ya hemos dicho al comienzo, fiel, que sólo cumple con los designios de Jesús, cuando éste último le pide a Judas que lo entregue como mártir y como hijo de Dios a los romanos. De este modo Judas ha sido despreciado y tratado de traidor, durante más de dos mil años, de manera injusta, ya que, según esta versión, solo hizo aquello que se le pidió sabiendo que en adelante soportaría el estigma de la traición.
Ello vendría a significar, desde un punto de vista espiritual y moral, que gracias a Jesus, pero también gracias a Judas, la humanidad pudo ser salvada a través de la muerte del hijo de Dios, lo que sin duda supone un giro muy interesante sobre la historiografía católica
Diremos para finalizar que, en estos textos, se relata que Judas era el verdadero favorito de Jesús y que, por ello, decidió que fuera él y no otro, quien lo entragara a los soldados romanos.
A día de hoy, la Iglesía aún no se ha pronunciado al respecto de estos y otros textos que arrojan luz a distintos pasajes más bien oscuros de la historiografía católica.
Deja una respuesta