El vudú a día de hoy sustenta el rango de religión. Una religión ecleptica y de una gran riqueza de elementos populares que trascienden su naturaleza hasta lo místico y espiritual. Esta religión tiene sus raíces en el corazón de África; países como Nigeria y Benin, por ejemplo, presentan a día de hoy unos ritos, también centrados en el vudú, pero bastante diferenciados con respecto a los que podemos encontrar en América. Es de todos conocido que fueron los esclavos, en el Siglo XVI quienes llevaron sus costumbres hasta América. Esta religión tiene su epicentro en el Caribe y sobre todo eh Haití, aunque no podemos desdeñar la implantación de estos ritos, incluso en la zona Sur de Estados Unidos, donde la esclavitud tuvo gran importancia. En esta entrada vamos a centrarnos en la figura ritual del Papa Legba.
El vudú es una religión altamente compleja. Mucho más con la aportación de la idiosincrasia amerindia. Presenta unos ritos y unas creencias plagas de simbolismo y llenas de figuras sagradas. Los Loas o los Lwas, por ejemplo, son seres sagrados que representan distintos aspectos y cualidades de la vida corriente. Estos seres pueden ayudar o atormentar a las personas.
Los Loas son, por tanto, el equivalente a los santos o los demonios de nuestra religión católica.
Los «Santos» del Vudú: Papa Legba
Algunos de estos loas más destacados en el vudú son, por ejemplo, Amelia, Gangan, Ogoun, Wangol, Danbala y un largo etc. Sin embargo es Papa Legba el más importante de todos ellos, ya que es el guardián del Vilokan, el lugar donde habitan todos los loas, es también quien los vigila y los dirige y además es el intermediario entre los loas y la humanidad.
Es Papa Legba quien autoriza o niega a los humanos el permiso para hablar con los espíritus y los muertos que habitan en Guinee; precisamente por ello, cuando se invocan a los espíritus o a los difuntos, siempre se menciona su nombre al comienzo y al final de la oración, para obtener su favor y favorecer la comunicación. Muchos han visto ciertas concomitancias entre este ser del vudú y el San Pedro de la religión católica, en cuanto al papel de intermediario entre seres de distintos planos.
Aún hoy, en distintas zonas de África, Papa Legba es representado generalmente como un joven viril con cuernos, mientras que en el Caribe suele ser representado como un anciano con bastón y un sombrero de paja.
Papa Legba es un ser tan importante que se le identifica como la voz de dios y está fuertemente asociado al sol, es también símbolo de vida y de muerte; sólo él puede transitar por entre los dos mundos y solo él puede otorgar el permiso para que un humano trascienda al mundo de los muertos o viceversa, según la religión del vudú. Es también visto como un ser que da vida y muerte. A éste se suele recurrir cuando se quiere, también, abordar cuestiones con la fertilidad y con la sexualidad.
En regiones tan distintas como Nigeria, Benin, Cuba o Brasil aún se le sigue rindiendo culto a este ser. De gran poder, siempre se le asocia con las sombra de lo oculto. También en los ritos oscuros o en el conocido “vudú negro” es un personaje importante, ya que si se obtiene su confianza y sus favores, mediante sacrificios de animales como aves o gatos (nunca jamás perros) el maestro de vudú podrá acceder hasta el mundo de los muertos para comunicarse con ellos.
Sea como fuere, es una figura de gran peso y misterio. Representa el arquetipo del tránsito entre dos mundos y del gobierno de todos los dioses y divinidades del vudú
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