Hablar de parapsicología en España, es, necesariamente, hacer referencia a German de Argumosa, un cántabro, nacido en 1921 y al que se considera uno de los más eminentes parapsicólogos de todos los tiempos.
Señalar que Argumosa conoció los tormentos de la Guerra Civil Española, en sus propias carnes. Aunque luchó del lado franquista, alistándose como voluntario a los 15 años, con el tiempo se enfrentó con sus superiores por las barbaries que vio y de las que se negó a participar. Ello le acarreó la pena de prisión, en dramáticas circunstancias, durante varios años. De esta estancia en las cárceles franquistas se fraguará su amistad con Tierno Galván.
Germán de Argumosa se da a conocer al gran público gracias al caso de las caras de Belmez. Destacara por su enorme rigor y su postura crítica y escéptica en cuanto a cualquier fenómeno paranormal. El nombre de Germán Argumosa, aparecerá vinculado a las psicofonías que él mismo grabó en distintos escenarios donde se desarrollaban sucesos sin explicación aparente.
De hecho, Argumosa recibirá el Premio de la Sociedad Suiza de Parapsicologia en 1977, en cuya conferencia, Gerrmán Argumosa se ratificó, desde un punto de vista científico, la autenticidad de aquellas “teleplastias” aparecidas en Belmez.
En una sociedad tan eminentemente tradicional como la española, Argumosa tuvo férreos detractores de su trabajo y de sus métodos. Frente a ello, Argumosa siguió trabajando en un método de conocimiento vinculado al estudio, a la realidad y al intento de aplicar la ciencia a determinados factores. En palabras del propio Argumosa:
Solo, y no siempre, aquello que escapa de la explicación científica es susceptible de ser considerado un fenómeno paranormal
Argumosa siempre centró su actividad profesional desde un punto de vista filosófico y científico, que incluía la certeza de que lo paranormal no puede ni debe ser ignorado, cuando vienen a ser una parte más de la realidad del ser humano.
Se dice siempre que Argumosa fue mucho más reconocido fuera que dentro de su propio país, tal es así que recibió invitaciones como ponente y como profesor de distintas universidades extranjeras, tales como la Universidad Internacional de Manternach (Luxemburgo) o la de Santiago de Chile.
Toda su vida estuvo dedicada al estudio y a la investigación de campo. Germán Argumosa, no excluyó ningún campo del saber. Impartió clases y seminarios de parapsicología, de hipnología, de filosofía, de teología e incluso de psicofonías y hechos paranormales. A él debemos un impulso definitivo de lo parasicológico en España. Fue entrevistado en numerosas televisiones de todo el mundo para divulgar sus conocimientos, colaborando también en programas radiofónicos españoles como la Rosa de los Vientos, en Onda Cero.
En Youtobe podemos encontrar algunos de sus trabajos en psicofonía e investigación de lo desconocido. En especial destaca una, la llamada “psicofonía del infierno”, en la que Argumosa decide dejar un magnetofón grabando durante diez minutos en un chalet situado a las afueras de Madrid. Cuando transcurridos ese tiempo, Argumosa escuchó la grabación, nadie de su equipo, ni el mismo, se podían creer lo que había sido grabado: diez minutos de gritos, de voces y todo de extraños sonidos se reflejaban en mensajes de dolor y angustia. Pese a la terrorífica experiencia vivida, Argumosa no dudará en compartir esta psicofonía con otros expertos en el tema, que también quedaron sorprendidos al escucharla.
Mucho se ha escrito en relación a dichas grabaciones, es quizá de los testimonios más impactantes en cuanto al mundo de lo paranormal se refiere. El propio Argumosa advirtió del peligro de oír aquella grabación al completo.
Sea como fuere, sirvan estas palabras y este artículo, sentido homenaje para un hombre honesto, con unos ideales y unos principios envidiables, un autodidacta, el cual abrió nuevos caminos y nuevas vías de estudio de aquellos temas que muchos se niegan a reconocer, quizá por miedo, quizá por su propia ignorancia.
Sirvan estas palabras para el recuerdo de Germán de Argumosa.
Deja una respuesta