La práctica de la Metafísica lleva siglos antes de Cristo estudiando en forma racional los fenómenos físicos y psicológicos que producen fuerzas inteligentes o desconocidas de la mente humana, los que llevan a la búsqueda de respuestas en torno al propósito y dirección de la vida.
En la antigüedad se decía que era inapropiado saber los misterios de la mente si no pertenecías a la Escuela de Misterios, fue Sigmund Freud el que trajo consigo la modernidad llamada psicología descubriendo el subconsciente, y mediante un sofá en vez de las hogueras en plazas públicas; espantaba los demonios.
Es por eso que vemos cada vez más el aprendizaje de auto controlar el subconsciente, mediante la práctica de desarrollo de la mente.
El Sufrimiento
Cada persona es la única responsable de lo que suceda en su vida, por eso es necesario que el individuo reconozca y entienda que tiene un problema. Generalmente nos damos cuenta que el dolor en nuestra vida nos produce excitación, motivación y hasta adicción, y vemos en estos casos, que al llegar la felicidad surge un sentimiento de culpa. Los que debemos hacer es aprender a recibir igual estímulo de felicidad, o aprender a asimilar los cambios que nos ofrece el dolor lo más rápido posible para no perpetuarlo.
Toda persona es capaz de crecer sabiendo rechazar el dolor aceptando pensamientos positivos, no hablamos de eliminar el dolor sino de saberlo llevar dándole solo la importancia mínima que merece, sabiendo que nuestra evolución personal se encuentra íntimamente unida a este sentimiento, decimos entonces que si el dolor no nos lleva a un nivel más de experiencia o conocimiento no debe de ser vivido, en cuanto aprendemos esto el dolor se esfuma.
Un ejemplo muy común que podemos dar es el siguiente, si un niño se lastima con un objeto cortante experimenta dolor y automáticamente reacciona dejándolo o alejándose de el, si a este suceso lo llevamos a nuestra vida cotidiana veremos que no es tan sencillo como parece, las dificultades para entender que ante el dolor es mejor alejarse se vuelven difíciles de practicar, y solemos aferrarnos a una vida de dolor en vez de alejarnos de él. ¿Por qué cuesta tanto aceptar que es absurdo y poco natural sentir dolor como el niño lastimado, cuando se trata de nuestra vida? Casualmente todo ser humano está acostumbrado a sentir dolor, lo que lleva a la difícil tarea de alejarnos de él.
Artículo cortesía de https://eltarotportelefono.wordpress.com
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