El significado de los animales varía según las diferentes culturas. A continuación nombraremos los animales en la cultura celta más representativos y con mayor carga significativa.
El jabalí: era un animal divino, evocaba la fuerza y el vigor. Significaba el contacto con la naturaleza, con lo divino, por eso se lo vincula con la clase sacerdotal y religiosa.
Algunos dioses podían convertirse en jabalí, como Cian, el padre del dios Lug. Cian se convertía en jabalí para escapar de los peligros. El jabalí también era un símbolo del furor bélico por eso su cabeza se utilizaba para adornar los escudos de los guerreros.
El cerdo era para los celtas un símbolo de riqueza, algunos dioses de esa cultura se denominaban “marranas”, “porcinas” o “lechonas”. Irónicamente, el cristianismo consideró al jabalí como un signo propio del maligno debido a que se lo relacionaba con el munda salvaje.
El ciervo: representado por el dios Cernunnos, el señor del bosque. Es la más noble de todas las especies animales. Se colocaban astas de ciervos en la cabeza de los muertos para protegerlos en su viaje al paraíso.
El ciervo es el símbolo por excelencia de la abundancia, fertilidad y de la fuerza, su cornamenta está vinculada con la gloria, la elevación y la superioridad.
Los druidas trituraban las astas de ciervo y realizaban con ellas mejunjes que estimulaban el instinto sexual y rechazaban los malos espíritus.
El toro: está asociado con la conquista, con el sol y con la luna. Los toros más viejos se sacrificaban en una ceremonia llamada, Gournay. También se inmolaban toros en el Tarbhfhess que era un ritual adivinatorio muy importante y consistía en que luego de inmolar al toro se daba de comer su carne a un hombre, que durante esa noche sonaría y vería al futuro rey. La elección de los caudillos se basaba en estos sueños.
El caballo: tiene un significado muy variado. Por un lado representa el combate, por otro representa la luz frente a la oscuridad, por último representa la fidelidad del animal que sirve a su jinete. Su belleza, velocidad y bravura provocaban su veneración.
La deidad ecuestre se llamaba Hipona, que era respetada principalmente por el ejército. Hipona era la diosa de la abundancia y la prosperidad, se la simbolizaba como una amazona entre dos ponis.
Perro y lobos: los perros están generalmente asociados con la vida doméstica, en cambio los lobos suelen ser amenazadores. El perro simboliza la muerte pero si la representación era de un perro muy grande simbolizaba fidelidad.
Serpientes: su capacidad para mudar de piel hizo que se las identificara con la resurrección, además se las vincula con los dioses de la curación como Sirona. Representan la fertilidad, el dinero y la protección.
El cuervo: en la tradición celta, a principios de febrero las mujeres solteras utilizaban la dirección del vuelo de los cuervos para adivinar desde qué punto cardinal llegarían sus futuros maridos. Si durante la ceremonia el pájaro no se movía, eso significaba una mala señal, la mujer se quedaría soltera y nunca se casaría.
Estos serían los más importantes animales en la cultura celta, a los que los antiguos concedían una mayor carga trascendental y con los que se sentían más identificados como pueblo.
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