En la actualidad y dentro de un contexto cristiano, México es el país que más demanda de exorcismos tiene dentro de todo el mundo católico. En la mayoría de los casos, bien es cierto, todas estas personas presentan otro tipo de patologías vinculadas con la esquizofrenia y problemas mentales, pero no deja de llamar la atención este dato aparecido hace pocos días en algunos diarios de España.
Para el padre Francisco Bautista, un párroco de Michoacán, piensa que, además de unas demenciales condiciones sociales y de vida, el culto a la Santa Muerte tiene un “rol capital” en la intensa influencia demoniaca que se produce en todo México en estos días. En este mismo sentido, el portavoz de la Archidiocesis Primada de México, Hugo Valdemar, afirmó en unas recientes declaraciones a la prensa Mexicana que:
“Esto no es un juego. Ni la muerte es una deidad divina, detrás de ese culto hay algo diabólico y la gente debe tener mucho cuidado. Detrás de esto está el rino del Maligno y la gente puede ser víctima fácilmente de una posesión demoniaca.”
Quizá hay quien piense que la curia religiosa se excede en sus suposiciones o sus declaraciones, creo honestamente que en el caso de la adoración a la muerte existe algo de tentador y de demoniaco. Creo que lo que afirman y lo que piensa toda la curia en México, tiene un gran sentido teológicamente. En la propia Biblia hay una vinculación entre la muerte y el pecado, ya que:
- La muerte, según las escrituras sagradas, entró al mundo gracias al pecado.
- La muerte es quien nos privará de una vida fructífera y consagrada a Dios, produciéndose una muerte espiritual, o una muerte que romperá nuestra vinculación con el propio Dios.
- La muerte es parte intrínseca del mal y de los peores demonios, ya que lo que precisamente buscan todos los demonios es la muerte espiritual o, lo que es lo mismo, la separación de nuestra vinculación con Dios.
Además, en este caso, en cuanto al rezo y a la oración a Nuestra Señora de la Buena Muerte:
- Suele ser rezada y adorada por los propios sicarios o asesinos a sueldo.
- Se suele invocar en todo tipo de ritos y hechicerías, alejadas del dogma cristiano.
- La Santa Muerte es un caso de idolatría pagana, ya que ni la propia Iglesia la reconoce como santa.
- Adorar a la Santa Muerte es, en definitiva, alejarse del camino de Dios y seguir por un camino de pecado y abusos.
- Se otorga el rasgo de “santa” a aquello que está vinculado con el propio demonio, la muerte, por ende, es también un acto blasfemo.
La adoración a la Muerte en México
Convendría no olvidar, en este punto, las artes del propio Maligno, de engañar y confundirse con lo que no es, ante los ojos de los necesitados. México es un país con grandes desigualdades sociales, para casi ocho millones de mexicanos que adoran a la muerte, ella es lo único justo y equiparador entre las clases sociales altas y los más humildes, quizá la solución pasaría por una labor de neo-catecumenización de muchos y, también, social mente el gobierno debiera implicarse mucho más en ofrecer una vida digna y normalizada a tantos y tantos que tienen que delinquir para poder sobrevivir en una sociedad como la mexicana.
Los más afamados sociólogos vinculan la proliferación de este tipo de ritos y de rezos a la extrema crisis social y económica que hay en el país. Según el antropólogo José Gil Olmos, al respecto del culto a la Santa Muerte, afirmará que:
“Este rito se inició en el Siglo XVIII, es un fenómeno exclusivo de México, (…) la mayor presencia se observa en los estratos más pobres de la sociedad mexicana (…); aunque sus adeptos han crecido particularmente después de la crisis económica de los años 90, tras el llamado “efecto tequila”, cuando muchas personas de clase media terminaron en la más absoluta de todas las miserias y, en busca de esperanza terminaron en cultos como éste.”
Se estima, como ya se ha comentado, que son ocho millones, el número de personas que adoran a la Santa Muerte, ocho millones entre los que están miles de sicarios, narcotraficantes, pandilleros que le rezan para poder seguir viviendo un día más y no ser detenidos, arrestados o condenados. Sea como fuere, es un fenómeno que ya se empieza a extender a otros países limítrofes de Mexico, el culto a la Santa Muerte.
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