Casi todas las religiones y las culturas tienen un día de recuerdo para sus muertos, en este caso sería una Noche de los Difuntos. Son horas en las que la mayoría de las personas recuerda y llora a los que ya no están.
Según expertos antropólogos, ya desde la antigüedad más remota el ser humano recuerda a los caídos, debido a los lazos de afectividad y de pertenencia de grupo, pero también los teme. Un temor que nace de lo desconocido que implica la desaparición y el misterio de las personas que ya no están en un plano físico, pero que aún y quizá están en otros planos.
Los primeros testimonios escritos de este tipo de recuerdos y celebraciones datan de antiguas civilizaciones caldeas y acadias, que junto a culturas como la egipcia, presentan testimonios gráficos e icónicos de toda una rica imaginería en lápidas y monumentos.
La Noche de los Difuntos para las diferentes culturas
Es también un rito de origen pagano que la Iglesia Católica adaptará. Las ceremonias en recuerdo a los difuntos, tal cual la conocemos, con una fecha institucionalizada, se originó en la víspera de la celebración del Año Nuevo Celta, el 31 de octubre. En dicha celebración también estaba implícito el presentimiento de los meses oscuros y fríos que estaban por llegar. Era la llamada celebración de Samhin (o “Señor de la muerte”). Los celtas pensaban que las almas de los muertos podía volver a sus hogares y sus orígenes durante una noche al año. Los celtas levantaban grandes hogueras en virtud al sol, la luz, el calor que hacía germinar sus cultivos y la vida y también para ahuyentar a los espíritus y entes negativos que esa noche tenían la potestad de caminar entre los vivos. Tal era la aceptación y la glorificación de los muertos en estos pueblos celtas que la Iglesia no pudo erradicar dichos ritos; es por ello que sobre el año 800 D. C., Roma unifica las festividades de la cosecha romana con las fiestas del Samhain el 1 de noviembre. Incluso se instituyó una celebración especial en memoria y loa a todos los difuntos, “la misa de todos los Santos”
En las creencias druídicas, existían distintas corrientes espirituales o grupos, algunos de las cuales convocaban los espíritus malignos, los cuales habían sido condenados, durante los últimos doce meses a habitar cuerpos de animales. Determinas plegarias druídicas estaban orientadas a mantenerlos alejados de los hogares, ya que según la creencia druida, las personas buenas eran conducidos a un paraíso, frente al alma de las personas malas que estaban condenadas a vagar dentro de los animales. Varios grupos de naturaleza celta conservarán sus ancestrales tradiciones y quizá por presión de la Iglesia, o por la propia naturaleza y creencias de estos corpúsculos de personas aislados y herméticos. Este hecho supondrá el germen de lo que más tarde conoceremos como brujería.
En el contexto católico, la Noche de los Difuntos es conocida como “Día de todos los Santos” Cuando el Panteón de Roma fue arrebatado a los barbaros, este edificio fue institucionalizado como una catedral, cambiando el nombre a Iglesia de la Santísima Virgen y de todos los difuntos. El Panteón se convirtió, por tanto, en lugar de glorificación de todos los difuntos. Se conserva documentación de que fue el 13 de mayo, del 835 D. C., cuando el Papa Gregorio IV, dio su permiso para la conmemoración del primer oficio en recuerdo de los difuntos. Más tarde, y debido a la profunda raigambre del rito pagano del samhain, la fecha será trasladada al uno de noviembre; unificando así fechas y ritos.
Deja una respuesta