Uno de los secretos mejor guardados de la iglesia católica es, entre otros muchos, el número de Posesiones y Exorcismos a los que se enfrenta todos los días en distintos lugares del mundo. Es un hecho constatado que existe, en Roma, una escuela donde se preparan los futuros exorcistas de la iglesia.
Es cierto que muchas veces se confunden enfermedades psiquiátricas con supuestas posesiones, si bien, hoy día existen cerca de un 12% de casos en los que la ciencia no tiene explicación para determinados tipos de comportarmientos.
Posesiones y Exorcismos según los expertos
José Luis Portela es sacerdote del Sacro Santuario de San Campio, en Tomiño (Pontevedra), afirma que:
diariamente vienen unas 50 personas a recibir la bendición y a pedir ayuda; aunque pueden pasar semanas sin que ninguna de estas personas presente serios indicios de influencias satánicas, luego pueden llegar dos o tres personas que sí.
Sin embargo, este afamado religioso, da con la esencia de la cuestión, cuando sigue afirmando que:
Una persona con influencia satánica, no quiere, se resiste a la entrada en el templo, rechaza al sacerdote y si se le rocía con agua bendita se siente herido, igual que si se le impone la mano en la cabeza.
Lo cierto es que, para reconocer el estado de cada persona, el representante eclesiástico autorizado para este tipo de prácticas, mantiene una conversación con la supuesta persona poseída, en la que debe ser capaz si se trata de una presencia lo que habita ese cuerpo o se trata de algún desequilibrio psíquico.
Una vez se tienen alguna sospecha, lo primero que se hace, según la ortodoxia eclesiástica, es aplicar una bendición, ante esto, la persona poseída reaccionará de manera violenta y compulsiva, por lo que es otro factor que ayuda a descubrir la verdadera naturaleza de la supuesta posesión. Si la posesión ofrece mayor resistencia, como suele ocurrir, se realizará un exorcismo mayor, con oraciones a la fuerza.
Esto que ahora describimos en unas líneas, puede durar días, semanas o meses. Se trata de una lucha titánica entre el sacerdote y la entidad del mal, con el consiguiente peligro de la persona poseída. La propia vida del exorcista, así como la de la persona poseída, están en peligro durante estas sesiones, según el grado y la intensidad del rito.
Preguntado por las causas, el padre José Luis Portela, señala cuatro factores fundamentales, por los que una persona puede ser poseída por un ser maligno:
- En el mayor número de los casos, se trata de personas alejadas de Dios, indiferentemente de la edad, o del sexo, vivimos en una sociedad cada vez más alejada del rezo y de Dios, por lo que cada vez nos es más fácil tentarnos y caer en este tipo de posesiones.
- La segunda causa es por participar en ritos y ceremonias satánicas. Elementos como la güija o el vudú, o invocar de distintas maneras a entidades de otras dimensiones, es otra causa importante en cuanto al origen de estas posesiones. Cuando alguien invoca un ente de otra naturaleza, jamás sabe quien acudirá a la llamada.
- Otro motivo es la consagración de un niño al demonio, por parte de sus padres que realizan invocaciones satánicas. Una de las acciones más comunes es el llamado “pacto con el demonio”. En estos casos se acuerda rendir culto al demonio a cambio de algo.
- Como cuarta causa se apela a los llamados “maleficios menores”. En este caso se infiere la lejanía de Dios y determinados ritos paganos. Portela, afirma en este punto que: “en estos tiempos los cristianos se avergüenzan de llevar una cruz o una medalla de la virgen que pueda servir de protección.”
Sea como fuere, vivimos tiempos convulsos. Quizá la propia Iglesia católica debiera asumir este tema y ser más didáctica en cuanto a lo que verdaderamente está ocurriendo e informarnos sobre los peligros a los que, de manera consciente o inconsciente nos estamos enfrentado, dando datos e información sobre Posesiones y Exorcismos.
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