Se considera el país de Haití como cuna del vudú. Una de las escisiones más importantes de esta religión sincrética es aquella dedicada a realizar oscuras ceremonias y sortilegios vinculados con la muerte y un tipo de satanismo atávico y de raíces ancestrales. Se cree que determinados grupos de vudú, escisiones de la corriente ortodoxa, tiene incluso el poder de convertir a determinados tipos de personas en sus siervos o esclavos, a modo de “zombies” en vida.
Recientemente apareció el caso de Angela Narcisse, a quien se le acercó un desconocido en un mercado de la capital de Haití, diciendo ser su hermano. Efectivamente, Angela reconoció a su hermano, el cual había muerto hacia casí 20 años. Angela escuchó entre asombrada y aterrada la historia de su hermano. El caso requiere que un bokor o brujo de este tipo de vudú capture el alma antes de que la persona se muera.
El hechicero, en el caso del hermano de Ángela, fue un vecino enemistado con la familia a causa de unas propiedades. Después de enfermar Clairvius Narcisse, y ser ingresado en un hospital, comenzó a sentir un profundo sopor hasta el punto de no poder moverse, ni hablar. Los médicos le dieron por muerto y entre muestras de dolor y duelo, la familia, incluida la propia Angela, prepararon el sepelio.
¿Qué es el Vudú?
En este punto, hay que señalar que nada de lo dicho se sale de lo posible, ya que existen enfermedades como la catalepsia que pueden llevar a pensar que una persona ha muerto, sin verdaderamente estarlo. Cabe la posibilidad, en este caso de una especie de catalepsia inducida. Clairvius Narcisse fue enterrado en vida. Durante días estuvo inmóvil en la más absoluta de las oscuridades. De pronto, en un momento determinado, nunca supo cuantos días, oyó retumbar algunos tambores y una voz humana pronunciar distintas plegarias y fórmulas rituales en un extraño dialecto. Fue en ese momento cuando lo desenterraron y lo llevaron hasta un lugar incierto, donde fue atado, como un animal, junto a una hilera de personas en su misma situación.. Durante años trabajó en una plantación de azúcar. Nadie se quejaba, porque todos estaban desprovistos de su voluntad, el alma había sido arrebatada por el bokor.
Nadie sabe el motivo, pero transcurridos unos años en este estado, Clairvius Narcisse pudo escapar junto a otras personas. Se refugiaron en los campos como animales salvajes. Finalmente pudo regresar a la capital en busca de su hermana, Ángela, frecuentando los lugares por los que ésta solía transitar.
A pesar de tal proeza, existe la creencia en Haití, que pese a escapar del bokor y de las garras de la brujería, es imposible escapar de la maldición que arrastran este tipo de personas sin alma, es por ello que Clairvius Narcisse terminó sus días en la soledad y la indigencia. Con su muerte se llevó el secreto de cómo revelarse contra las artes de tan crueles captores.
Una historia intensa que apareció en la prensa de Haití hace unos años, un secreto guardado que casi todos los habitantes de este pequeño país conocen pero apenas se atreven a hablar de ello en voz baja, por el miedo, por el temor a que ellos también sufran alguna de estas acciones oscuras y casi satánicas.
Ocurre que el culto a la muerte en estos países es algo común, corriente; de una manera u otra no es algo tan tabú o tan inquietante como lo puede ser en países europeos, de hecho en países como Jamaica o Haití es normal que los cadáveres sean enterrados en el propio jardín de las casas. Si viajamos a Jamaica, por ejemplo, podremos ver que casi todas las casas tienen cruces y tumbas en el acceso principal de las viviendas.
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