¿Quén es verdaderamente el diablo? ¿Es un ente, un ser o por el contrario somos nosotros mismos en nuestra naturaleza perniciosa y tendente al exceso? Si existe, ¿Cuál es su poder? O ¿Cómo se manifiesta? A estas y otras preguntas respondió el exorcista más afamado de Italia, el Padre Gabriele Amorth, en una entrevista difundida durante el Umbria International Film Fest. Extraigo algunos fragmentos de esa entrevista, creo importantes, que pueden ayudar a responder estas preguntas sobre posesiones y otras muchas.
El diablo, explica el padre italiano, es antes que todo, un espíritu creado por Dios, como angel. Al igual que los hombres, los ángeles fueron sometidos a pruebas de obediencia, y Lucifer en este punto se reveló con su famosa frase: “non serviam” (no te serviré). El objetivo de Lucifer y toda su cohorte, es hacer caer al hombre en el pecado y llevarlo hasta el infierno; alejarlo de la doctrina de Dios. Es en definitiva, una autodestrucción del ser y del hombre en el plano físico, psíquico y espiritual.
Posesiones y Robos del cuerpo del Hombre
Según Amorth, el hombre se ve empujado a ésta auto-destrucción debido a la fragilidad de su naturaleza y su curiosidad. Siempre se tienta a los débiles de espíritu o a los necesitados, afirma, porque Lucifer no descansa. Siempre escondido acecha en cada acto, cada palabra o cada sentimiento de rabio u odio que podemos sentir.
Es evidente que el demonio se oculta tras las prácticas de ocultismo y la mágia, esto es evidente, pero lo verdaderamente peligroso es que también esté en actos derivados de las propias actitudes de las personas más triviales: el aborto, la violencia, el abuso, la marginación, son solo algunos de los factores más cotidianos en los que prevalece una actitud desdeñable y reprobable, una obra de la debilidad humana y por ende, una puerta de acceso de Lucifer.
Según afirma este exorcista italiano, más adelante, una de las primeras cosas que infiere y pregunta al demonio, a través de la persona poseída es su nombre. Si responde, afirma, con su verdadero nombre, es para esa entidad maligna una derrota, porque ha sido obligado a decir la verdad, a descubrirse y, sabiendo quien es, podemos invocarlo desde la verdad y desde la luz de su naturaleza oscura y pecadora.
Lo más común, sigue diciendo, es que el demonio diga llamarse de distintas maneras. Los demonios, en realidad, como los ángeles, no tienen nombre, afirma Amorth, pero se atribuyen distintos apelativos. Por otra parte, este párroco italiano, afirma que el ser poseído no necesariamente tiene que estar en pecado mortal, porque el demonio puede poseer el cuerpo, la carne, pero no el alma y recordó el entrevistado en este punto que el demonio no actúa sólo con la posesión, también con el acoso, la obsesión y la infectación de la carne.
Quien reza y se confía constantemente a Dios no debe tener miedo del demonio, el propio padre Amorth confesó haber sentido más temor por la vida de los poseídos que por la suya propia, a veces, afirmó, he temido hacer daño físico, es un riesgo serio, ya que puede haber una persona poseída enferma del corazón que puede no resistir la intensidad del rito en un momento puntual.
El propio religioso termina la entrevista afirmando irónicamente que, efectivamente, él ha visto como muchas personas venden su alma al demonio y son víctimas de posesiones demoníacas, pero afirma “yo he quemado y anulado muchos de esos contratos.”
Si se quiere profundizar en el tema, existen varios videos colgados del padre Gabriel Amorth en Youtobe, y también varias entrevistas y reportajes sobre su personalidad y sobre su trabajo, nada desdeñable y entregado.
Una persona que habla claramente sobre su trabajo y la importancia de éste, dentro de una institución, la Santa Iglesia Católica, que aún hoy sigue guardando silencio en relación a estos temas de posesiones malignas.
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