Todas las historias del vampirismo que una persona pueda llegar escuchar, se podría llegar a creer que sólo son temas de películas de ficción así como de terror, lo cual no es cierto debido a que en la misma historia de la humanidad han quedado registrados determinados hechos sangrientos que implican a aquellos seguidores de la búsqueda de la inmortalidad como Gabriella Erzsébet.
Aproximadamente a mediados del siglo XV existió un personaje que dedicó todos sus esfuerzos para tratar de llegar a la inmortalidad, misma que se llamaba Gabriella Erzsébet y que pertenecía a aquellas familias de la realeza, pues tanto cardenales como príncipes son quienes conformaban el parentesco de este personaje. Es justamente de ésta que se dice que a la edad de cuatro o cinco años Isabel (nombre con el que se le conocía) sufría de determinados ataques epilépticos que le provocaron determinadas enfermedades psicológicas.
Ya para los 11 años fue ofrecida en matrimonio para con el conde de Ferenc Nadasdy, algo que era muy común en dicha época y cuyo conde le doblaba la edad; un año después fue a vivir en el castillo de su futuro esposo, donde no tuvo muy buena relación para con la condesa Ursula, la matriarca del clan. Cuando tuvo 13 años quedó embarazada de uno de los sirvientes, hecho que fastidió a toda la realeza y que se desencadenó en la castración del muchacho así como en la muerte del mismo, habiéndose también llevado a la joven princesa a otro castillo familiar para que allí diese a luz, haciendo también que desaparezca dicho bebe.
Pero algo que motivó a que el compromiso no se rompiera, fue que Gabriella Erzsébet era una mujer muy ilustrada para la corta edad que ésta tenía, pues de manera muy fácil se le hacía hablar tanto en latín como en húngaro y en alemán, razón por la cual al cumplir los 15 años dicho compromiso se hizo efectivo con el matrimonio del conde Ferenc. Debido a lo implacable que este conde era en cada una de sus guerras y batallas, fue llamado como «el caballero negro» y se dice que este siempre conversaba sobre sus métodos de tortura y castigo para los sirvientes con su esposa Gabriella Erzsébet.
El conde murió en una de estas guerras debido a una enfermedad desconocida, habiendo dejado a Gabriella Erzsébet viuda a los 44 años de edad y con tres hijos; es en este momento que empieza su historia de horror para con toda la servidumbre que llegaba hasta el castillo, pues esta condesa se ganaba la voluntad de aquellas doncellas vírgenes que llegaban con el fin de trabajar en las labores de limpieza, para posteriormente matarlas y desangrarlas por completo y formar una tina de baño en la cual esta condesa pensaba que su belleza sería eterna. Fueron miles las doncellas que murieron bajo la crueldad de esta condesa, habiendo sido protegida por su condición de condesa por todos los jueces que existían en el lugar.
Los últimos días de esta condesa llegaron a su final debido a que ya no existían muchachas pobres que iban a trabajar a su castillo, pues todas habían muerto a manos de ella; debido a esto es que Gabriella Erzsébet empieza a llamar a las hijas de los nobles, lo cual puso en evidencia el mundo de terror en que esta vivió y hizo sentir a cada una de las doncellas que llegaban como parte de su servidumbre. Incluso se menciona que como un método de crueldad de esta condesa, era el hacer presenciar a otras doncellas como era que sacrificaba a alguna de ellas, todo con un sentido perverso de sadismo que alimentaba su ego.
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