Las confrontaciones que tuvieron las sirenas en la mitología griega, fueron innumerables, con todos los guerreros y héroes de la época. Estos guerreros, al conocer la fama y reputación que tenían las sirenas, siempre trataban de tener mucha precaución cuando tenían que cruzar muy cerca de la isla en la que se encontraban.
A veces con trucos muy propios de cada héroe, y a veces a cambio de la ayuda de algunos Dioses, era la forma cómo cada embarcación podría atravesar la región donde vivían las sirenas. Los Argonautas tuvieron que pasar en una ocasión determinada muy cerca de la isla, pero por suerte, la embarcación estaba siendo dirigida por Orfeo, que quiso medir sus fuerzas con las sirenas. Orfeo estaba muy reconocido por su maravillosa voz al cantar, por lo que cuando tuvieron que pasar muy cerca de la isla de las sirenas, este héroe griego cantó de una forma tan melodiosa y vibrante, que toda la tripulación se quedó admirándole sin prestar atención al canto mágico de las sirenas. Esta táctica tan inteligente por parte de Orfeo para liberar a su tripulación de un terrible naufragio, pero dentro de los Argonautas existió uno que no pudo resistirse al cántico que ofrecían las sirenas desde su isla. Éste fue Butes, que al escuchar las melodías de las sirenas, nadando hacia ellas. Por suerte, con ayuda de Afrodita, no ocurrió nada tráfico para Butes.
Ulises fue otro de los héroes griegos que también tuvo que pasar por las cercanías de la isla, pero que para evitar caer en la trampa de las sirenas, Circe ordenó a todos los tripulantes a que se tapasen los oídos con cera, para así pasar desapercibidos de dicho encanto. Pero fue justamente éste, Circe, el que no pudo resistir la curiosidad de ver y escuchar a las sirenas. Decidió que se le amarrase al mástil con la orden estricta de que pase lo que pase, nadie lo desatara. Justamente pasó lo que él había previsto, que al estar a una distancia desde la que se podía escuchar a las sirenas, éste quiso que lo dejaran libre del mástil, algo que sus hombres no le permitieron, teniéndole en ese estado hasta lograr estar a una distancia desde la que ya no podía escucharse más a estos seres encantadores.
Como existieron muchos personajes que transitaron por el sitio cercano a la isla, todos ya sabían que debían de hacer para evitar caer en la tentación de escuchar a estos seres mágicos, y por tanto de caer en una trampa mortal. Por esta razón, ante el fracaso de las sirenas, decidieron lanzarse al mar para morir ahogadas.
Pero la mitología griega afirma que el cántico de las sirenas nunca se terminó, ya que desde la tierra ascendieron hacia el más allá, en donde tienen como meta principal recibir a todos los bienaventurados hacia las Islas Afortunadas con un cántico de divinidad más que de mortandad. Muestra de ello es como se suele ver representadas a las sirenas en muchos de los dibujos de sarcófagos y ataúdes que guardan estos diseños interesantes.
samira dice
buena historia 🙂